“¡No miren para arriba!” (se nos cae el candidato)

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No es lo mismo repetir mil veces una verdad tratando de darle notoriedad o de magnificarla (Fico es una ficha del uribismo), que repetir mil veces una mentira hasta convertirla en “verdad” (Petro dijo que en su gobierno se dedicará a expropiar).

Los medios de comunicación tienen una responsabilidad enorme en el conflicto colombiano, participaron activamente en él. Lograron ocultarlo por años y hacer ver como mansas palomas a los paramilitares, generar simpatía por ellos. En sus investigaciones Alexandra Isabel García Marrugo muestra cómo varios de los diarios más importantes del país utilizaron un “patrón de minimización de la violencia paramilitar”. Veamos algunos ejemplos tomados de estos diarios: “Masacre ocurrió el sábado en la noche”, era el titular si los actores habían sido los paramilitares, sin explicitar la autoría, ni las víctimas, ni su número, sin más detalles, de manera indeterminada. Si en cambio se trataba de una masacre cometida por la guerrilla, entonces abundaban adjetivos, se precisaban las víctimas, se dibujaban sus rasgos y sobre todo los autores: ej: terrible y sangrienta masacre de humildes labriegos cometida por el frente tal de tal grupo guerrillero. Cuando las víctimas eran guerrilleros, los diarios los deshumanizaban, los reducían a animales, y sus muertes eran justificadas: “los ‘paras’ cazan rebeldes izquierdistas o sospechosos de ser colaboradores que los alojan en sus casas ‘ajusticiándolos’”.

Si por años lograron manipular de esta y otras maneras a la opinión pública, no es raro que hoy, ad portas de las elecciones, hagan lo que están haciendo: se muestran escandalizados con los videos de la campaña de Petro, invocan la ética, la dignidad y la moral, como si allí se descubrieran grandes delitos, ignorando en cambio que la grabación sin consentimiento constituye uno muy serio. Mientras trabajan infatigables en esto, guardan un silencio cómplice sobre el proceso por corrupción que tiene imputado al otro candidato, sobre las múltiples pruebas que hay en su contra, sobre la forma como llegó a la Alcaldía de Bucaramanga engañando a cerca de 40 mil familias, o sobre sus amenazas y pasadas violentas al acto, así como sobre sus varias declaraciones, en distintos contextos, de que lo tiene sin cuidado la ley, de que se limpia el trasero con ella, etc.

Es claro que la mayoría de los medios están imponiendo un candidato y callan ante las transgresiones del anciano mientras ríen de sus intervenciones y lo convierten en un personaje bonachón y audaz, bien verraco, que ha llegado a donde está a punta de tesón y de acabar con la corrupción. Parece que nos gritaran en coro, como en la película, “Don’t look up”, no miren para arriba porque le ven las vergüenzas al viejito, y se nos cae.

Esperamos que la Comisión de la Verdad nos cuente si comparecieron ante ella los grandes medios de comunicación del país, si revelaron los acuerdos y las estrategias que utilizaron para ocultarla, cómo acataron las directrices emanadas desde el gobierno de entonces “para informar”, y cómo crearon propias, etc. Sin embargo, por su actual comportamiento parece que en lugar de querer terminar el conflicto, le están echando gasolina al rescoldo. ¡Y vienen a hablarnos de ética!

Mario Figueroa

*El contenido de esta columna expresa la opinión personal del autor y no compromete la postura editorial del CIPADH

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